¡Feliz día del libro!

La última edición del diccionario de la RAE cuenta con más de 93.000 entradas, miles de palabras fruto de la agrupación afortunada de las letras el abecedario (que, por cierto, aunque en mi época eran 28, ahora son 27… la “ll” no es una letra, Plutón no es un planeta…). Esas palabras, en manos-lápices-teclados apropiados, se convierten en millones de historias inolvidables, crean lugares, situaciones y personajes que nos acompañarán para siempre una vez los hayamos conocido.

Sin por ello restar mérito a los autores que combinan las palabras, ni a las palabras en sí mismas, quiero dedicar esta entrada a las letras del abecedario. Las conocimos en los libros y cuadernos del colegio, pero son capaces de estar en mil y un sitios a la vez. Aquí tienes el abecedario de Sos del Rey Católico…

abecedario

La A es una marca de cantería en las ampliaciones del siglo XIV del túnel de la iglesia de San Esteban; B en los carteles que señalan los distintos barrios de Sos del Rey Católico; C de los azulejos que tienen algunas casas con el número de la misma (¿por qué la mía es la 99?); aquí tenemos dos en una, D/E en la inscripción en francés que está en el Portal de la Reina; la F de Fernando el Católico, en la placa conmemorativa que hay en el Palacio de Sada; G en uno de los grafitis realizados como atrezo para el rodaje de La Vaquilla; una preciosa H gótica en la inscripción del eclipse en el soportal de la plaza; I en el barrio judío; J de una se las frases grabadas en el XVI en la fachada del Ayuntamiento; la K vuelve a ser una marca de cantería, en los ábsides de San Esteban; L de Luis García Berlanga, quien en el verano del 84 rodó en Sos del Rey Católico la Vaquilla; la LL (vale, ya se que no es una letra…) la encontramos en el antiguo buzón situado en el soportal de la plaza; M del cartel de forja que anuncia la Tienda-Museo 😉 ; la N estaba cansadita, y nos aparece en el suelo, en el empedrado de la calle Larraldía; la original Ñ marca el año de una casa de la Plaza de la Sartén; esta O es poco conocida, está en el crucero situado junto al Portal de la Reina; la P de Palacio de Sada, casa natal de Fernando el Católico; de nuevo la Q en la fachada de la casa de la villa; la R más escondida de Sos está en el texto situado con el escudo de Sos en el alero del Ayuntamiento; S hay muchas por Sos, ¡en todas las tapas de alcantarillas!; T también hay unas cuantas, pero nos quedamos con la de la inscripción al final del túnel de la cripta; la U está en el interior de la biblioteca, en uno de los grafitis del suelo de la época de la guerra civil; V de medieval, la palabra que mejor define Sos del Rey Católico; la W ha sido complicada, pero la hemos encontrado leyendo a Oscar Wilde en el patio de Ruta del Tiempo; esta X ayuda a presentar a una de las estatuas columnas de la portada románica de San Esteban; y la Z se la dedicamos a Isidoro Gil de Jaz, personaje ilustrado que creó una fundación que aún hoy sigue trabajando por el beneficio de la villa de Sos.

Sirena

Ya hemos comentado en alguna ocasión que es una lástima que la portada románica de San Esteban esté tan deteriorada, y es que eso complica notablemente el identificar alguna de las figuras representadas. Pero en ocasiones hay suerte, es cuestión de mirar otras portadas románicas, asomarse a los vecinos y “¡voilá!” de pronto algo se hace reconocible.

Eso nos ha ocurrido con la figura que se encuentra en la arquivolta central, la número 10 contando desde la izquierda según miramos la portada. En nuestro caso apenas se intuye, pero encontramos una figura muy similar en la portada de Santa María la Real de Sangüesa: una sirena que porta dos peces.

sirena

Puede que los peces te parezca algo anecdótico, pero inicialmente ¡la sirena era un pájaro con cara de mujer!.  La primera referencia escrita se encuentra en la Odisea de Homero, en el momento en que Circe le cuenta a Odiseo (Ulises) los peligros que se encontrará si vuelve a embarcarse: hechizan las sirenas con el sonoro canto, sentadas en una pradera y teniendo a su alrededor enorme montón de huesos de hombres putrefactos cuya piel se va consumiendo.

La sirena pisciforme, con cuerpo femenino de la cabeza al ombligo y cola de pez, aparecerá en Liber Monstrorum (finales del VII-comienzos del VIII). El caso es que hasta el siglo XII en los bestiarios sigue hablándose de sirena-pájaro, mientras que en la escultura vamos encontrando a la sirena-pez. Así que, para que no quede ninguna duda del tipo de sirena que queremos reprentar, ¿qué tal si le ponemos además un par de peces?

Además, los peces ayudan a simbolizar la tentación que representa la sirena. Así aparece en algunas escenas románicas donde la sirena está entregando un pez a un pescador, ¡pero en el caso de Santa María de Uncastillo se llega a quedar el pez como símbolo de la lujuría! (capitel interior que puedes ver aquí, imagen 13).

Siempre me he planteado hasta qué punto las personas de la Edad Media creían en la realidad de los seres fantásticos que aparecen en los bestiarios. No se puede generalizar, ni a todos los hombres ni a todos los seres, pero me ha sorprendido un apunte que realiza San Isidoro de León respecto a las sirenas: lo cierto es que fueron unas meretrices que llevaban a la ruina a quienes pasaban, y éstos se veían después en la necesidad de simular que habían naufragado.

 [Actualizado: 25 de febrero del 2021]

Extraña armonía

Hay lugares que desprenden algo especial, por el entorno en el que se ubican, por la historia que atesoran, por la belleza que los envuelve… y uno de esos lugares lo tenemos bien cerquita de Sos del Rey Católico, a apenas media hora en coche: el Monasterio de San Salvador de Leyre.

leyre-sierra

Recuerdo que Pepa (Tur-Sos) me contó hace años que todos los monjes de Leyre son poetas, pues lo primero que hacen al levantarse y asomarse a la ventana es “ver-sos”. Y efectivamente, Sos del Rey Católico, los montes del Prepirineo, el embalse de Yesa, los bosques que le rodean, los cortados de la Sierra… Leyre es un lugar privilegiado (¡en otro momento hablaremos sobre los paseos por la sierra y la leyenda del monje Virila!).

El monasterio está habitado por una comunidad de benedictinos, y visitables de manera turística son la iglesia y la cripta románicas, del siglo XI. La vida de la comunidad se rige por la Liturgia de las Horas, utilizando el Canto gregoriano, y asistir a las vísperas (a las 19 h.) es una curiosa y agradable manera de terminar un día de excursión.

leyre-portada

El acceso a la iglesia se realiza por la llamada Porta Speciosa, obra –entre otros- del maestro Esteban. ¿Te resulta familiar? Si miras con atención en las arquivoltas encontrarás a las mujeres en cuclillas mesándose los pelos y las águilas picándose las patas que también podrás ver en los capiteles de la Cripta de San Esteban de Sos del Rey Católico (si algún día conseguimos el permiso para sacar y publicar fotos del interior de la iglesia, nos encantará hablarte más sobre ellos).

leyre-panteonDel interior de la iglesia queremos destacar algo que puede pasar desapercibido… en el lado del evangelio (es decir, a la izquierda mirando hacia los ábsides), hay un precioso arcón de manera donde se encuentran los restos de los monarcas del Reino de Pamplona de los siglo IX y X, y es que el monasterio de Leyre fue elegido como panteón real.

Y dejamos lo mejor para el final… la cripta. Construida para nivelar el terreno y permitir que la iglesia fuera más amplia, es uno de los lugares más especiales que conozco. Estamos acostumbrado a columnas con un estilizado fuste rematado por un “pequeño” capitel, y sin embargo, en la cripta de Leyre nos encontramos con un bosque de columnas de “extraña proporción”, capiteles grandísimos y aparentemente toscos apoyados en mini columnas que parecen sustentar su peso por arte de magia.

Y el resultado es un espacio único, de extraña armonía, de excepcional equilibrio, en el que el románico nos envuelve y las palabras sobran.

leyre-cripta